[ Pobierz całość w formacie PDF ]

de los problemas que afectan a la humanidad derivan de la falta de atención.
El discurso más claro y breve que dio Buda se resume en: "Ven y mira". Mirar sin
prejuicios, interpretaciones o imaginaciones. Para aprender a mirar así, se requiere un
minucioso desaprendizaje.
16
Como sabiamente explica Platón en su mito de la caverna, la visión del ser humano está
muy falseada. Esa visión distorsionada somete a la esclavitud e incluso al que es esclavo le
hace soñar con la libertad.
IV). El cultivo de la atención.
La atención es una función preciosa de la mente que permite conectar con lo que es cada
momento. La atención permite percibir, captar, sentir y sentirnos; gracias a su espléndida energía
el ser humano se da cuenta de lo que perciben sus sentidos o de aquellas funciones que se
producen en la mente y en la psiquis. La atención fluye a cada momento y a cada instante si se
aprende a potenciarla.
Nada se podrá hacer con sagacidad, precisión y cuidado sin atención. Es una fuente de vitalidad,
una brecha de luz en la densa oscuridad de la mente que, bien desarrollada, resulta liberadora
como un manantial de claridad y comprensión.
Supone una excelente vacuna contra la neurosis y la ofuscación; constituye la lámpara de la
mente, aunque en la mayoría de las personas sea como una frágil llama expuesta al viento.
También juega un papel fundamental en el autoconocimiento y la observación ya que tiende un
puente entre la persona y la realidad inmediata. Si se está atento, como recomiendan los
maestros de Oriente, se está vivo, pero si uno se dispersa es como si ya hubiera muerto.
Los grandes maestros consideran que el cultivo metódico de la atención favorece la
integración de la mente y la estabilidad del carácter, resultando la atención un auxilio en
cualquier circunstancia.
Una ayuda para purificar la mente.
La atención es una energía que puede desarrollarse en alto grado pudiendo ser enfocada en una u
otra dirección. El ser humano puede ejercitarla hasta conseguir que sea lúcida y más consciente
si está atento a sí mismo, a la mente, a las sensaciones o a aquello que transmiten los sentidos.
Al estar uno más consciente se aprecia mejor cada momento, se percibe cada instante y los
hechos cotidianos ganan en brillantez y significado.
De este modo es posible renovar la mente y superar muchos condicionamientos psicológicos.
Saber estar atento es permanecer vigilante, alerta y meditativo. Cuanto más se ejercita la
atención, más de desarrolla y colabora en la purificación de la consciencia. Así hay mayor
equilibrio y plenitud, desencadenándose un tipo de comprensión más amplia.
Cuando las aguas del estanque están revueltas, no se ve el fondo, si se aprecia cuando
se pacifican. Lo mismo ocurre con la mente.
La energía de la mente.
El hecho mismo de empeñarse en el ejercicio metódico de la atención, ya representa una
saludable psicohigiene: se drena el subconsciente, purificando la consciencia y se superan
muchos mecanismos reactivos que emergen del estrecho surco de la percepción. Se logra estar
más en el hecho que en la vida y la vida adquiere otro significado: si hay que pensar se piensa,
pero cuando no es necesario pensar, se percibe.
La percepción clara y desnuda es una experiencia muy hermosa, casi gloriosa, porque percibir sin
necesidad de sumergirse en la maraña de los pensamientos hace que la idea no usurpe el puesto
a la vivencia, a la experiencia o a la percepción. Es importante el recurrir con frecuencia a la
sabiduría del espejo que refleja sin acumular ni juzgar, sin retener ni perseguir; simplemente,
refleja, adquiriendo en cada momento su propio peso específico, viviendo tal cual es y no a la
sombra del pasado. Así se renueva la energía de la mente y ésta deja de ser tan neurótica y
víctima de sus propias acumulaciones, reacciones desmesuradas y viejos condicionamientos.
¿Acaso se reflexiona sobre lo que es la mente, la denominada mente antigua, interminable
colección de cachivaches que atolondra la consciencia y le roba vitalidad al momento presente?
Cuando no hay plena atención y se mira a través de los propios condicionamientos, con tendencia
a aprobar o desaprobar, el ser humano se extravía en la superficie de las situaciones creando
17
conflicto y confusión. Pero se puede vivir con más frescura, renovándose a cada instante,
fluyendo con la circunstancia sin generar fricción. Ese es el momento en que la mente se va
purific ando y comienza a asomar una mejoría en la vida psíquica y en la relación con otros seres.
Del mismo modo que se drena un pozo sucio, se hace necesario drenar la suciedad del
subconsciente para, resolviendo sus impulsos nocivos, poder liberar la mente.
La consciencia sin conflicto.
Sin atención se vive en la semipenumbra; al no permanecer perceptivos en cada momento, nos
dominan los inútiles trastos de nuestro desván psicológico. No se vive sino que se repite
psicológicamente la vida ya vivida. Buda decía: "El pasado es un sueño; el futuro, un espejismo
y el presente, una nube que discurre".
Es precisamente a esa nube a la que se debe prestar una atención plena. Si no es así, se permite
que el presente esté siempre marcado por el pasado y el futuro. No conviene olvidar que entre el
pasado y el futuro hay una bisagra que se denomina presente y que se puede utilizar para crecer. [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • janekx82.keep.pl