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me reuniera con mi hermano.
Tena demasiado miedo. Aunque saba que la bestia me haba rechazado otra vez, que
haba preferido seguir a Christian a las profundidades del Bosque Ryhope, no poda
enfrentarme a la idea de repetir el enfrentamiento. Consegu volver a casa, exhausto y
angustiado, y ahora lo nico que poda hacer era caminar por las afueras del bosque,
llamando a Christian, esperando, siempre esperando, que apareciera otra vez de repente.
Cunto tiempo pas all de pie, mirando la parte del bosque que se divisaba desde el
balcón? Horas? Das? Tal vez fueran semanas. Los nios, los habitantes del pueblo,
los peones de las granjas..., siempre se vea a alguien, figuras trabajando los campos o
rodeando los rboles, atravesando la hacienda. Cada vez que vea una forma humana, el
corazón me saltaba en el pecho, sólo para ver mis esperanzas frustradas minutos ms
tarde.
Refugio del Roble era hmedo, y a humedad ola, pero no se encontraba en un estado
ms lamentable que su inquieto ocupante.
Examin cada centmetro del estudio. Pronto consegu acumular una extraa colección
de objetos que, aos antes, no me habran interesado en absoluto.
Puntas de flechas y lanzas, tanto de bronce como de piedra, y tambin collares,
algunos de ellos hechos con grandes colmillos. Descubr que dos instrumentos de hueso
 astas largas y delgadas, con mltiples dibujos servan para dar velocidad a las
lanzas. El objeto ms bello era un caballito de marfil, muy estilizado, con un cuerpo
extraamente grueso y patas finas, pero talladas con una maestra exquisita. El agujero
que le atravesaba el cuello indicaba que su función era servir de colgante. En los flancos
del caballo, grabadas con claridad inconfundible, haba dos figuras humanas in copulo.
Aquel objeto me hizo revisar de nuevo una breve referencia en el diario:
El Sepulcro del Caballo sigue desierto. Supongo que es lo mejor. El chamn ha vuelto
a las tierras centrales, ms all del fuego del que hablaba. Me dejó un regalo. El fuego me
intriga. Por qu le tena tanto miedo? Qu hay ms all?
Por fin descubr el equipo de puente frontal que haba utilizado mi padre.
Christian lo haba destruido todo lo posible: rompió la extraa mscara y dobló y
deformó varios instrumentos elctricos. Era una labor cruel, apenas pude creer que mi
hermano lo hubiera hecho, pero me pareció entender la razón. Christian estaba celoso de
cualquier posible intromisión en la realidad donde buscaba a Guiwenneth, y no quera que
nadie ms experimentase con la generación de mitagos.
Cerr el armario donde estaban los restos de la mquina.
Para animarme y librarme en parte de aquella obsesión, reinici mi relación con los
Ryhope, que vivan en la gran casa. Parecieron encantados de contar con mi compaa...,
si exceptuamos a las dos hijas adolescentes, chicas engredas y afectadas que me
consideraban muy inferior a ellas. Pero el capitn Ryhope, cuya familia haba ocupado
aquellas tierras durante muchas generaciones, me regaló pollos con los que repoblar mis
gallineros, mantequilla de su propia granja y, lo mejor de todo, muchas botellas de vino.
Creo que era su manera de demostrar comprensión por lo que a l deban de parecerle
una sucesión de tragedias en mi vida.
El capitn no saba nada sobre el bosque, ni siquiera que la mayor parte segua virgen.
Solan talar en la parte sur cuando necesitaban lea para la chimenea y madera para la
granja. Pero la ltima referencia que pudo encontrar en los anales de su familia sobre
intentos de explotar el bosque, era una breve alusión datada en 1722:
El bosque no es seguro. La parte que hay entre Cavas Bajas y los Desmochados, y
que se entiende hasta el Campo de la Acequia, es pantanosa y la frecuentan extraos
pueblerinos que conocen muy bien el bosque y la manera de sobrevivir en l. Echarlos a
todos sera muy costoso, as que he dado orden de vallar este lugar y talar los rboles del
sur y el sudoeste. Se han instalado trampas.
Durante dos siglos ms, la familia siguió ignorando aquella inmensa extensión de
bosques salvajes. Era un hecho que me resultaba difcil de creer y comprender..., pero,
incluso hoy en da, el capitn Ryhope apenas se fijaba en la zona boscosa que
interrumpa los campos, tan extraamente bautizados.
Era simplemente el bosque, y la gente lo bordeaba, o usaba los senderos que
recorran la periferia, pero nadie pensaba en adentrarse en l. Era el bosque.
Siempre haba estado ah. Era un hecho de la vida. Y la vida segua a su alrededor.
Me enseó una anotación hallada en los libros de la casa, fechada en 1536, o quiz 37,
no se distingua bien. Fue antes de los tiempos de su familia, y si me mostró el fragmento
fue ms por orgullo de la alusión al rey Enrique VIII que por su referencia a las extraas
cualidades del Bosque Ryhope:
Al rey le complació cazar en los bosques, con cuatro miembros de su squito y dos
damas. Se llevaron cuatro halcones. El rey expresó su admiración ante lo peligroso de la
caza, y cabalgó con la necesaria cautela por el bosque. Volvió a la mansión al anochecer.
El rey en persona haba matado un venado. El rey habló de fantasmas, y habló largo rato
sobre cómo Robn Hood le persiguió por los claros ms profundos del bosque, adems de
dispararle una flecha. Ha prometido volver a cazar en la hacienda la temporada que viene.
Poco despus de Navidad, mientras preparaba algo de comer en la cocina, detect un
movimiento a mi lado. Fue una autntica conmoción, un momento de pnico que me hizo [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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